Con la salida del poder del Presidente de EE.UU., Donald Trump, y la llegada de Joe Biden, el próximo 20 de enero, Guaidó enfrenta un nuevo desafío, ya que el demócrata no seguiría con la estrategia de su antecesor y más bien tomaría distancia de la crisis venezolana provocada por las sanciones para enfocarse en políticas nacionales, según sostienen expertos.
El giro a la izquierda de Argentina con el mandato de Alberto Fernández, y el de Bolivia, con la llegada al poder de Luis Arce, ya había quitado aliados a Guaidó. Por ello, el líder opositor venezolano mira con atención las próximas elecciones presidenciales en Ecuador (7 de febrero), Perú (11 de abril) y Chile (21 de noviembre), ante la posibilidad de perder otros socios regionales y así ver aún más diluida su imagen.
El próximo martes, cuando asuma la nueva Asamblea Nacional electa en las elecciones de diciembre del año pasado, los gobiernos que han respaldado a Guaidó deberán decidir si mantienen su reconocimiento institucional al opositor.
Según la ONG opositora financiada por EEUU, Foro Penal, "si la Unión Europea retira su protección los opositores, éstos quedarán a la deriva y podrían ser encarcelados o acusados de usurpación de funciones”.
La oposición de extrema derecha mientras tanto intentará ganar tiempo a medida que avanza la denuncia contra el presidente Maduro ante la Corte Penal Internacional por "crímenes de lesa humanidad". Durante el primer semestre de 2021 se definirá si es admitida o no, lo que daría inicio a una investigación formal, pero que implica un proceso que podría tardar años, lo cual no conviene a la dirigencia opositora ni a los intereses de EEUU.
"El gobierno de Trump ha expresado su malestar y disgusto de maneras muy sutiles y dolorosas para una oposición acostumbrada a vivir del dinero público (cuando gobernó) o del financiamiento del gobierno estadounidense. En ese sentido Trump les congeló los pagos que les ha venido haciendo desde hace años, y este año los mismos se atrasaron varios meses, lo cual indica que el gobernante trató de castigar la incompetencia de la dirigencia opositora que parasita pidiendo limosnas para darse lujos al gobierno de USA, a cambio de entregar la vida y la soberanía de su país" señala un analista consultado a condición de anonimato.
Guaidó tiene la popularidad en el piso
Según un sondeo de la encuestadora Datanálisis, el opositor pasó de ostentar un 61% de respaldo en febrero de 2019 a un 25% en julio de 2020.
Al no participar en los comicios de diciembre, la oposición perdió casi la totalidad de los escaños que ganó en 2015, ya que el 69% de los curules están ahora en manos del chavismo. Para evitar su desplazamiento por parte de los legisladores chavistas que asuman, la Asamblea Nacional aprobó el sábado pasado la reforma de la ley que rige el estatuto de transición y extendió por un año sus funciones y las de Guaidó como jefe del Legislativo y "presidente interino".
Pero eso no parece suficiente. Según el diario La Vanguardia, algunos líderes opositores han dado la espalda a Guaidó, mientras que otros, como Leopoldo López, se han exiliado, dejándolo solo.
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